"Todo lo que te han dicho es mentira"

martes, 5 de junio de 2007

HARD CANDY (Parte 2)

De cómo matar el cuento de la caperucita.

Por Gato Negro

Después de una tarde viendo “Crimen y Castigo en Suburbia”, me dispongo finalmente a escribir sobre la película que me robó el dinero el fin de semana pasado. Debo confesar, que mi muy estimado Junio me advirtió sobre el bodrio que me disponía a ver con días de antelación, pero en una actitud un tanto rebelde, decidí formarme una opinión objetiva sin prejuicios. Lamentablemente, mi juicio a aquél filme no dista mucho de las atrocidades vaticinadas por mi colega.

Es hora de comenzar a desmembrar y a castrar de una vez a este fenómeno que no pasa de ser un cartel impresionante y un par de buenas críticas provenientes del mismo público snob al que culpo de engrandecer grandes fallos cinematográficos. Y es que hay que ser realista, los críticos de hoy muchas veces se quedan en el ángulo de lo impresionantemente alternativo, la moda casual e incluso el nombre de director. Hay otros, más patéticos que simplemente se dejan llevar por el revuelo que trae consigo una película que muchas veces promete pero no cumple. Y es que hay algunos que dijeron que El Hijo, era una obra maestra, y otros que Babel era la gran película del año. Yo me uno a las filas de los revolucionarios fílmicos que al ver escrita en un poster la palabra “Obra maestra”, se la piensan dos veces antes de tragársela.


Sí, me dejé llevar por el impactante cartel frente al cine, donde aparecía esa muchacha delgada en la capucha roja, esperando encontrar en la pantalla una película de peso. Pero salí decepcionado al ver que la única gran sorpresa en el filme, termina llevándose consigo el principio de verosimilitud. Y es que el juego de poder en la cinta es bastante anormal, y aunque la muchacha sea muy encantadora, no consiguió hacer que me tragara su acto de niña perversa. Uno está acostumbrado a ciertos arquetipos o figuras que la televisión se ha encargado de forjar y en ocasiones cuando estas se rompen resultan ser estupendas revelaciones de la ficción, pero en Hard Candy es tan brutal el cambio que simplemente –desde un principio- decides que todo es una vil mentira. Bueno, la ficción es eso, ficción, no es que creamos que los elfos existen y pelean contra los orcos de Mordor, es simplemente que los personajes se remiten a un contexto en el universo que nos muestran. Pero en esta situación, todo se escapa de lo normal, en un ambiente que poco tiene de realista porque está demasiado alejado de la realidad.

Harda Candy no es una película de suspenso como la venden, porque todo lo que sucede es predecible, más bien es una eterna tensión en la que como espectador lo único que me tomó por sorpresa es que por fin terminara aquel martirio. Te dicen que es una película que te va a sorprender y aterrorizar, pero no sucede, porque puedes adelantarte a los hechos de una forma sorprendente y porque en realidad más que el terror, es la crudeza de las imágenes lo que podría llegar a causar una leve sensación en tu piel que no esperabas.
Si la trama no consiguió matarme, creo que fue lo asquerosamente obvio de todo, esa presunción acostumbrada de que la audiencia es estúpida y necesita ver todo para entender. Nada de omisiones, solo las absolutamente necesarias como para no arruinarte la sorpresa que finalmente queda descubierta y el resto… pues nada nuevo.
Unos cortes enfermizos a rojo, contrastando totalmente con los tonos azules de muchas escenas te dejan al borde de la epilepsia, mientras tratas de hacer que esa chatarra baje por tu garganta.
Y cuando por fin va a terminar todo, y crees que queda algo, una pizca de creatividad en la cabeza del guionista, todo acaba súbitamente con un desenlace que cualquiera hubiese previsto.

Podría haber sido una gran película. Si no hubiese prometido sorprenderme.

Seguir Leyendo...

Hard Candy (2005)

Dir. David Slade
Esc. Brian Nelson
103 min.
Inglés, Color.
R+18

No hay comentarios: