HARD CANDY

La versión inteligente – y mala – de la Caperucita Roja

Por Junio

Sí, yo me embobé con la buena publicidad, me embobé con el trailer, la página web, el cartel del cine. Eso lo admito y me da poca vergüenza. Embobado también compré mi entrada e igual de embobado me senté, con las piernas incomodas, en la butaca. Entré a esa sala esperando salir satisfecho, y salí deseando no haber entrado. Esa es la verdad.

Hard Candy llega a Chile después de mucha especulación y expectación de parte de los círculos más cinéfilos del público criollo. Llegó calladita, pero vomitando pretensión de “Thriller Inteligente”. Probablemente me esté tirando encima a muchas mujeres, pendejas y viejas, pero derechamente, toda la pretensión que grita el nombre a solas de “Hard Candy” es eso, las puras ganas.

La película se desarrolla en base a un conflicto bastante manoseado por varios directores, el Internet – o “La” Internet, depende como valla el animo- y como este sirve de herramienta a las mentes mas trastornadas. Es en este

contexto es que se nos presentan a los protagonistas de la historia. Por un lado, él, un fotógrafo treintañero, soltero y por otro lado, ella, una niña de doce años bastante madura para su edad. Todo parte cuando nuestros personajes – El Lobo y la Caperucita Roja – se encuentran en un café luego de concordado por el chat. Pasados los minutos ella termina en casa de él, y de ahí para adelante todo se transforma en una lección didáctica de por qué no hay que juntarse a solas con extraños. Aunque no se equivoquen, puede no ser lo que piensan, ya que si bien la película está mal lograda, sí consigue sorprender… al menos una vez.
Fuera de aquello, todo es, como ya mencione majaderamente, pura pretensión. El desarrollo de los protagonistas es pobre, y la película se vuelve bastante obvia luego de la primera sorpresa. La edición es abrupta, encontrando las peores transiciones que he visto en largo tiempo. El final es débil y flojo. Sin embargo, lo peor de todo, es que jamás logra atrapar al publico en un ambiente “creíble” y al final entiendes que viste una película, que era solo eso, en lugar de hacer lo que debería: contar una historia – y hacerte parte de ella-. En conclusión, vallan precavidos, no sean Caperucitas Rojas cómo el que les escribe, ya que si bien el Leñador me liberó del estomago con butacas y proyector de aquel Lobo, lamentablemente nadie me borrará la mala experiencia de haber sido tragado sin asco.

Seguir Leyendo...

Hard Candy (2005)

Dir. David Slade
Esc. Brian Nelson
103 min.
Inglés, Color.
R+18