A muchos se les acabaron las vacaciones el miércoles pasado, otros tantos no pasaran el lunes. Y de aquí al doce de marzo seremos 1.476.371 escolares haciendo quien sabe que cosa en clases.
Lamentablemente, yo si sé que estaré haciendo cuando entre a clases: preparándome para intentar entrar a
Imaginen entonces que toda su educación básica y secundaria es ir en subida, lentamente, con ansiedad por el próximo tramo y que el salir del colegio los tira, sin asco, a una especie de caída libre con rieles. De pronto eres grande, y de ti se espera que seas un profesional, que tengas un cartón de algo en algún lugar, que luego trabajes, tengas familia y sientes cabeza. En algunos casos hasta se esperara que seas exitoso. A mi simplemente me da nauseas. Claro que no me da nauseas por ser un tipo antisistema que le da lo mismo la sociedad, si no por que, por de pronto, son demasiadas cosas.
Entonces, traduciendo un poco, en más o menos 12 meses comenzará mi vida frenética. Mi vida apurada, de gente grande, de futuro profesional y luego de futuro jubilado. Díganme trágico, dramático, mamón, no sé. Simplemente encuentren a un universitario que no extrañe el colegio, o al menos algo de él, y se acordaran de mí.
Y uno que pensaba que en unos días sólo se acababan las vacaciones, ja.
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